Título: El mar infinito
Autor: Rick Yancey
Editorial: RBA Molino
Saga: La quinta ola
1. La quinta ola (reseña aquí)
2. El mar infinito
3. La última estrella
La quinta ola fue
una agradable sorpresa. Una novela juvenil de ritmo frenético que crea una gran
paranoia en el lector y lo deja con la boca abierta al final de cada capítulo.
En su momento, la alta dosis de adrenalina que Yancey imprimía a cada página me
recordó al estilo de James Dashner en El
corredor del laberinto, motivo de más para que me gustase. Solo tuve un
pequeño problema con la primera parte de esta interesante trilogía, pero pese a
ello seguía teniendo muchas ganas de enfrentarme a su continuación. ¿Habrá
resuelto el autor eso que a mí me hacía torcer el morro de disgusto? Sigan
leyendo para descubrir la respuesta (¿os he fidelizado ya?).
Sinopsis oficial
La primera ola fue solo un aviso. La segunda ola nos cogió desprevenidos. La tercera ola duró un poco más& nos dejó sin razones por las que seguir vivos. La cuarta ola nos quitó todo aquello por lo que estábamos dispuestos a morir. La quinta ola& nos ha sumido en un mar de nada infinito. Los Otros se han propuesto exterminara la humanidad. La cuestión ya no es si vivimos o morimos, sino de sobrevivir una hora, un día más. Pero seguimos aquí. Esta guerra ya no es de humanos contra alienígenas. Es la lucha de la esperanza contra la desolación. De la fe contra el miedo. Del amor contra el odio. Y nosotros somos el campo de batalla.
La
historia comienza poco después del final de La
quinta ola, así que es recomendable que hagáis una relectura antes si no lo
tenéis muy fresco. En serio, hacedme caso en esto, yo no seguí mi propio
consejo y fui bastante perdida durante más tiempo del que me habría gustado.
Pero si tenéis reciente la historia no habrá problema alguno.
De nuevo nos encontramos ante una historia narrada desde
varios puntos de vista, cada una de las partes en las que se divide el libro
viene contada por un personaje distinto. He leído en algunos blogs que esto
resulta un poco caótico porque no viene indicado quién narra qué, pero la
verdad es que con dos líneas que leas en seguida le pones rostro al narrador,
así que tened paciencia y todo irá bien (estoy un poco paternalista hoy, ya me
perdonaréis).
Estos puntos de vista de los que os hablo van a cambiar un poco respecto a la
primera parte. Si en La quinta ola la
mayor parte de la narración corría a cargo de una espectacular Cassie (me
ahorro el volver a quejarme de que este grandioso personaje pierda muchísimo a mitad de la novela) y de un más que logrado Zombi, en esta novela vamos a tener un cambio
de registro, y es que la casi desconocida Hacha va a ser la responsable de
cargar con buena parte de la acción.
Lo siento por los fans de Cassie, pero Hacha LA SUPERA CON
CRECES. Así, en mayúsculas. Imaginad que lo estoy diciendo a grito pelado.
Antes de que empecéis a lanzarme objetos pesados, dejadme que os dé mis
razones, que las tengo.
En primer lugar, Hacha es un personaje femenino muy
diferente. Es fuerte, pero no al estilo de Cassie. Es insensible, fría,
práctica, todo lo contrario a lo que estamos acostumbrados a encontrar en
literatura juvenil. Está construida con la intención de ofrecer el contrapunto
perfecto para Cassie, cuya tenacidad surge del amor y de la esperanza.
Descubrir el porqué de su existencia ha sido una experiencia lectora muy
interesante, tanto como observar sus maneras de reaccionar ante los retos y su
evolución a lo largo de la novela, como poquito a poquito va entendiendo lo que
pretenden los enemigos. Las vivencias de Hacha son de lo mejorcito de la
novela. A mi parecer, Rick Yancey se ha superado con creces en este sentido
(¡¡y menudo final!!! La madre que me ha parido qué final).
Otro
personaje encargado de narrar será Bizcocho. Sus intervenciones son mucho más
breves que las de Hacha, pero os garantizo que son mucho, mucho más intensas.
Una jugada muy inteligente por parte del autor darle voz al soldado que no
tiene voz y desvelar el misterio en torno a su figura. La parte más triste de
la novela sin duda alguna.
Ahora bien, vamos con la pregunta que de verdad importa.
¿Está esta segunda parte a la altura de su predecesora? En cierto sentido sí,
ya que he disfrutado muchísimo más con los protagonistas que ha escogido el
autor en esta ocasión. Aunque por otra parte, la acción en gran parte de la
novela es prácticamente inexistente. Tiene sus momentos, por supuesto, y de
cara al final la trama de Hacha toma un camino de lo más interesante y loco,
pero la mayor parte de la novela se basa en darle vueltas y más vueltas a la
motivación de los enemigos y al misterio que supone la existencia de Evan
Walker.
Llega
un momento en el que tanta palabrería se vuelve un poco pesada y el lector pide
a gritos que por favor pase algo y que muevan el culo de una vez. La acción
tarda en llegar porque Rick Yancey da más vueltas que una peonza, pero al final
(literalmente) llega, y nos deja con la miel en los labios a la espera del
tercer y último libro.
Que
quede una cosa bien clara: no me ha disgustado el libro, no os dejéis engañar
por mi último párrafo. Es solo que a veces me daban ganas de darle una pequeña
colleja a Yancey y pedirle que fuese al grano y se dejase de cháchara.
Se podría decir que El
mar infinito es una novela de transición en toda regla. Como puntos
potentes destacaría a los nuevos narradores y el rumbo que toman los
acontecimientos al final. No obstante, habría quedado una historia mucho más
dinámica si se hubiese ahorrado tanta reflexión que al final no va a ningún
lado; la paranoia estuvo muy bien en el inicio de la trilogía, pero en esta
ocasión no está tan bien llevada. Pese a ello, recomiendo esta serie si andáis
buscando una de esas historias que hagan que vuestra cabeza explote de la
sorpresa.
Antes de despedirme, una pregunta para los que hayáis leído ya la novela. ¿No os parece que es el título más pillado por los pelos del mundo? Vamos, que desde el principio quería llamar así al libro y tuvo que meter la frase de marras en el prólogo con calzador, pero que no es que tenga nada que ver con todo lo demás. Y eso. A pasar buen domingo.