domingo, 13 de diciembre de 2015

Aniquilación - Jeff VanderMeer








Título: Aniquilación 
Autor: Jeff VanderMeer
Editorial: Destino










He aquí una trilogía a la que me moría de ganas por hincarle el diente. No dejaba de ver reseñas muy curiosas, casi todas ellas exaltando la historia que narraba y clamando por su segunda parte cuanto antes. Además estaba protagonizada por una bióloga, cosa que por sí sola ya me había convencido para leerla. Así pues, dos años después de su publicación, me dispongo a hablaros de la primera entrega de la trilogía que ha traído de cabeza a lectores de todo el mundo. 

Sinopsis oficial
El área X es un lugar remoto y escondido declarado zona de desastre ambiental desde hace décadas. La naturaleza salvaje ha conquistado el lugar y su acceso está prohibido. La agencia estatal Southern Reach ha enviado diversas expediciones, pero casi siempre han fracasado, algunas han sufrido terribles consecuencias.Esta es la expedición número doce. El grupo está compuesto por cuatro mujeres: una antropóloga, una topógrafa, una psicóloga y la narradora,una bióloga. Su misión es cartografiar el terreno y recolectar muestras, anotar todas sus observaciones, tanto de su entorno como de sus compañeras. Pronto descubren una gran anomalía geográfica y formas de vida más allá de todo entendimiento. Mientras se enfrentan a una naturaleza tan bella como claustrofóbica, el pasado y los secretos con los que cruzaron la frontera se vuelven cada vez más amenazantes. 

AVISO A NAVEGANTES: esta es una novela muy atípica. Hablando en plata, es rara de narices. Y con esto quiero decir que no considero que sea la más apropiada para pasar una tarde de domingo aburrida a pesar de su corta extensión. Este no es un libro que ni fú ni fá: o lo adoras, o lo odias. Sin términos medios. Dicho esto, aclarar que a mí personalmente me ha encantado precisamente por lo rara que es, pero no creo que a todo el mundo vaya a pasarle lo mismo. Por poner un par de ejemplos, me recuerda a American Gods o a La música del silencio, no en cuanto a la trama ni a los personajes, sino a que todas ellas se salen de lo habitual y eso puede disgustar a muchos lectores. Ya que estamos con la sinceridad, a mí estas dos también me encantaron en su día; será que soy muy rara. 

El primer punto que desconcertará al lector es la ausencia de nombres. Ninguna de las cuatro mujeres que aparecen entre las páginas va a tener nombre propio, sino que, por motivos que se explican a lo largo de la historia, se las conocerá por sus respectivas profesiones. Me parece una estrategia muy original y una forma más que sobresaliente de captar la atención del lector desde la primera página, ya que empezará a olerse que tiene entre manos algo muy diferente a todo lo que ha leído hasta entonces. Así pues, una bióloga, una psicóloga, una antropóloga y una topógrafa se internarán en la peculiar Área X con objeto de recoger muestras que ayuden a los científicos de Southern Reach a desentrañar los desconcertantes misterios que la rodean y a descubrir qué les ha pasado a las expediciones anteriores a la suya. Aunque inicialmente las diferentes personalidades de estas mujeres parecen convertirlas en un grupo ideal, pronto la extraña atmósfera del lugar comenzará a hacer mella en ellas y a inducirles una paranoia más que justificada. Porque, ¿qué oculta en realidad el Área X? 

Sabéis que yo soy de las que se dejan atrapar por las sinopsis, que un buen resumen puede hacer que me obsesione por una historia y que, cuando por fin puedo leerla, me llevo un chasco tremendo. Dejadme que os diga que en este caso, la sinopsis se queda muy corta. No le hace justicia a la trama que oculta y estoy convencida de que es algo intencionado, puesto que es imposible resumir lo que contiene Aniquilación sin revelar detalles clave para la historia. No tengo ni idea de lo que os sugieren a vosotros esos dos párrafos, pero tened por seguro que lo que realmente esconde el libro no es ni remotamente parecido. 

Jeff VanderMeer escoge a la bióloga (¡bien!) como narradora de su historia. A través de su diario viajaremos junto a las cuatro expedicionarias por el Área X, seremos testigos de sus descubrimientos y sus rencillas, sentiremos su desconcierto, su miedo, su ansiedad, en nuestra piel. Haciendo uso del recurso del diario, el autor aprovecha para introducir pasajes de la vida pasada de la protagonista para así poder conocerla mejor. 
Aunque lo cierto es que la bióloga no es un personaje pensado para empatizar con ella. Es una mujer solitaria e introvertida que disfruta mucho más en un paraje perdido de la mano de Dios que en un centro comercial abarrotado hasta los topes. Como podréis imaginar, la perspectiva de poder perderse en una naturaleza prístina como es el Área X la emocionará más que a ninguna de sus compañeras (aunque ella no es muy de mostrar emociones). Cuidado, no confundáis "solitaria e introvertida" con huraña o desagradable; lo cierto es que es una agradable compañera de aventuras para el lector que, aunque no llegue a cogerle el cariño que se suele tomar a los protagonistas de otras novelas, se morderá las uñas con nerviosismo a la espera de su próximo descubrimiento. 

Un punto que puede resultar un poco caótico al principio es el estilo narrativo de VanderMeer. La novela consta de solamente cinco capítulos bastante largos en los que se entremezclan sin orden ni concierto aparente fragmentos presentes y recuerdos pasados de la bióloga. Si bien esta opción me parece arriesgada y creo que disgustará a muchos lectores, el resultado final me funciona bastante bien puesto que este desorden se asimila a los pensamientos humanos, y dado que se supone que estamos leyendo un diario es perfectamente comprensible que, mientras la bióloga está viendo algo no pueda evitar saltar de un pensamiento a otro y decida plasmarlos en su libreta. 
No obstante, este formato también tiene un gran inconveniente, y es que hace que decaiga el ritmo narrativo y que los capítulos presenten altibajos. Los recuerdos pasados pueden resultar bastante pesados y en algunas ocasiones repetitivos, siendo especialmente tediosos cuando el lector se está tirando de los pelos para descubrir a qué se está enfrentando la protagonista. Y menos mal que la novela tiene pocas páginas, porque esto en un tochazo tipo George Martin habría dado lugar a una historia infumable. Pero dada la breve extensión de la historia y lo interesante de la trama presente, se aprietan los dientes y se lee en diagonal con mucho gusto para seguir con lo bueno. 

Pero, si os decidís a leer esta obra, no lo hagáis por su protagonista, por su sinopsis, por su estilo narrativo o por su escaso número de páginas: hacedlo por su atmósfera. Jeff VanderMeer construye con una maestría impresionante un lugar en el que nada es lo que parece, creando un entorno agobiante y claustrofóbico que hará que el lector avance por las páginas en tensión e incluso con un punto de miedo por lo que pueda encontrar al volver la próxima hoja. Y todo ello sin dejar de ver en ningún momento esa naturaleza prístina de la que nos hablaba inicialmente la bióloga: desconfiaremos de cada brizna de hierba que ella pise y del más insignificante mosquito que aparte con un gesto de la mano. 
El Área X no está construida con palabras, sino con secretos, misterios, engaños y, sobre todo, con lo desconocido. El autor ha hecho un trabajo sublime y demuestra que la ciencia ficción es mucho más que palabrería tecnológica y viajes espaciales, que con talento se puede transformar un simple bosque en algo desconcertante y opresivo. Con su inhóspito espacio, Jeff VanderMeer se posiciona como un escritor al que hay que seguir muy de cerca durante los próximos años (no en vano lleva ya ganados unos cuantos premios con obras que no han visto la luz en España... y seguramente ni la verán con lo poco que gusta la CF en este país). 

¿Recomiendo Aniquilación? Sí y no. Si bien a mí me ha encantado, no creo que sea una obra para cualquiera. Su ritmo irregular y la abundancia de misterios sin respuesta pueden poner de los nervios a más de uno. Sin embargo, si os atrevéis con algo diferente, si buscáis algo que se salga de lo habitual, si queréis una historia que os remueva las tripas como hace tiempo que no os ocurre, leed Aniquilación. Y tened a mano la segunda parte, porque la vais a necesitar. 






miércoles, 2 de diciembre de 2015

La Corte de los Espejos - Concepción Perea



Título: La Corte de los Espejos
Autor: Concepción Perea
Editorial: Fantascy 


La primera reseña que os traigo tras mi crisis de fe es de un libro de fantasía made in Spain. Porque en nuestro país también tenemos buenos autores de fantasía, sorprenda a quien sorprenda (aunque espero que no tome a nadie de nuevas, la verdad). Llevaba con ganas de ponerme con esta novela desde hacía dos años, es decir, desde el mismo momento en que salió al mercado y me entró por los ojos gracias a esa portada preciosa que tiene. 

Sinopsis oficial
TerraLinde, un reino donde las hadas no creen que los humanos existan, una vieja ciudad que fue decisiva durante la Guerra de la Reina Durmiente. Han pasado años desde ese cruento conflicto que dejó tras de sí una paz delicada, una larga lista de rencores y un trono inestable.
Allí viven Nicasia, una knocker del gremio de ingenieros, y Dujal, un phoka demasiado aficionado al riesgo. Ambos llevan años enzarzados en un pulso de poder en el que Marsias, un apacible sátiro dueño de un burdel, trata de mediar como puede. El asesinato de Manx, tutora de Dujal y compañera de armas de Marsias y Nicasia, los obligará a unirse para encontrar a los culpables. Juntos emprenderán una investigación que los llevará desde los bosques de los centauros hasta las montañas de TocaEstrellas, habitadas por los feroces goblins. Y siempre perseguidos por la larga sombra de la misteriosa Dama RecorreTúneles.
Me voy a poner un poco más pesada de lo habitual con el tema de la portada, pero es que no me podréis negar que es una preciosidad. Esos colores oscuros que contrastan de manera tan delicada con la figura femenina que ocupa la parte central; la aparente contradicción que suponen las hojas verdes junto a los engranajes y que, contra todo pronóstico, casan a la perfección. Es uno de los trabajos más cuidados que he visto nunca, y el resultado final es inmejorable. 
Pero si la portada es bonita, la sinopsis no se queda atrás. Nos promete una historia de hadas oscuras, nada de purpurina y movimientos de varita; hadas de las de los cuentos de antaño, las que robaban bebés de sus cunas para comérselos en una noche brumosa. La sinopsis augura misterio, sangre, aventura. ¿Cumple? 
En cierto modo, sí que nos encontramos todos estos misterios. La Corte de los Espejos es una novela coral que nos traslada al ficticio reino de TerraLinde, poblado de toda suerte de criaturas entre las que se encuentra la gruñona Nicasia, una ingeniera malencarada que construye toda clase de curiosos artefactos en el sótano de la posada que regenta. No es aconsejable meterse con ella salvo que uno desee una lluvia de improperios sobre su cabeza y puede que un disparo en el hombro de propina, pero a Dujal eso le trae sin cuidado; le encanta convertir a la knocker en el centro de sus diabluras, cuanto más la haga enfadar, mejor. Pero una de las trastadas de Dujal dará comienzo a una cadena de sucesos que desencadenarán furias que era mejor no haber despertado. Heridas del pasado que volverán a abrirse y obligarán a los dispares protagonistas a hacer un frente común para capear el temporal que se les viene encima. 
La novela comienza con un prólogo que a mí me ha resultado un poco largo, acostumbrada como estoy a que duren como mucho un par de páginas. Francamente, cuando el prólogo se terminó y me encontré con la página que rezaba "Primera parte", me pilló por sorpresa: ya estaba metida en la historia y ni me acordaba de que el prólogo no había acabado. 
Pero el número de páginas del prólogo es lo de menos, puesto que lo importante es que cumple su función: nos presenta a los personajes principales a la perfección y sienta las bases de lo que luego será la trama de la novela. Lo cierto es que está escrito con bastante picardía, ya que tiene un tono bastante inocente que en un principio desconcierta a todo lector que haya leído la sinopsis (sí, esa de la sangre y la oscuridad). Plantea un conflicto sencillo e incluso simplón en el que no vemos ninguno de esos elementos prometidos... hasta el final. Así pues, el prólogo es sencillo y entretenido de leer, ya que aunque sea largo no se hace pesado, y nos deja irremediablemente enganchados y desprevenidos para lo que encontraremos a continuación. 
El cuerpo de la novela propiamente dicha está constituido por una serie de tramas complejas que entremezclan hechos pasados y presentes de una forma tan intrincada que estoy firmemente convencida de que George Martin sentiría envidia. Y esto no es un peloteo porque sí, la cantidad de información que contiene esta historia es brutal y puede llegar a resultar un poco abrumadora. Me sumo a todas esas voces que claman por un glosario, lo cierto es que habría venido muy bien en una novela de estas características y el lector habría estado más centrado en todo momento. Pero sin glosario se puede seguir sin problemas, tampoco vayamos a montar un drama innecesario. La forma en que las distintas tramas de la novela se van conectando poco a poco hasta dar lugar a un único hilo conductor es una gozada, toda pieza acaba cayendo en el lugar que le corresponde por derecho tarde o temprano. 
No obstante, aunque las distintas tramas de la novela y la manera en que casan entre ellas están muy bien, me ha faltado algún elemento que me sorprendiese, un giro inesperado que me dejase con la boca abierta y el corazón desbocado. La historia, si bien entretenida e interesante, es bastante predecible. Con todo el dolor de mi corazón os diré que  las revelaciones son muy elementales y las sorpresas, escasas (mencionando por segunda vez al maestro Martin en lo que va de novela: si no veis el cadáver, no os lo creáis, no hay muerto...). 
Esta ausencia del factor sorprendente hace que las múltiples tramas no se conviertan en la parte más destacada de la novela. Pero tranquilos, que si bien la falta de asombro es un punto en contra, las poderosas descripciones de Concepción lo compensan con creces. Pocas veces me he encontrado con descripciones tan vívidas como las de Concepción Perea. Sin necesidad de párrafos interminables y léxico rebuscado, la autora crea imágenes tan reales que nos veremos sumergidos en la historia queramos o no
Siguiendo un poco con el estilo narrativo de Concepción, me ha recordado a los cuentos de mi niñez, de manera que casa perfectamente con esa concepción (valga la redundancia) arcaica de las hadas como seres oscuros y sanguinarios. No sé si esto ha sido intencionado o fortuito, pero en cualquier caso el resultado final contribuye a crear un cuento antiguo con todas las de la ley. 
Finalmente, los personajes. A lo largo de las páginas de la novela nos encontraremos con gran cantidad de ellos, aunque los que más destacan son los dos que ya os he mencionado: Nicasia y Dujal, dos protagonistas distintos como la noche y el día que en teoría aportan variedad a la historia. Y digo en teoría porque, al menos en mi caso particular, para mí no ha sido así. No he sido capaz de empatizar con los personajes, ni con estos dos ni con ningún otro, me ha faltado una cierta profundidad que me habría hecho abandonar la novela de no ser por sus descripciones y sus tramas. Sé que no debería acabar una reseña destacando un aspecto que me ha decepcionado tanto, pero así están las cosas. Por otra parte, puede que esto sea debido a esa falta de sorpresa de la que os hablaba: estaba convencida de que no les iba a pasar nada "malo", así que me daba un poco igual los obstáculos que tuviesen que superar porque sabía que los iban a acabar sorteando.  
Con sus puntos a favor y sus puntos en contra, La Corte de los Espejos nos asegura un hecho indiscutible: que Concepción Perea es una autora a la que vale la pena seguir de cerca. Su primera obra contiene algunos detalles que habría que pulir, eso es cierto, pero no se nace siendo perfecto y además a pesar de estos pequeños fallos la historia es muy interesante y muy amena de leer. Así que os recomiendo esta lectura a todos aquellos que busquen una novela actual con un sabor a clásico, a los que estén convencidos de que las hadas son criaturas ñoñas, y a quienes todavía piensen que no se puede escribir buena fantasía dentro de nuestras fronteras. Creédme, esta mujer dará que hablar en un futuro. 


domingo, 29 de noviembre de 2015


¿¿¿Hola??? ¿Hay alguien ahí? Vale... Supongo que me lo merezco por haberme marchado sin despedirme, sin dignarme a echar una última mirada hacia atrás antes de partir en un viaje épico al estilo de Bilbo BolVALE sí, es mentira. No me he ido a ningún lado, aunque no me habría importado marcharme por ahí con Gandalf a matar dragones. Habría sido algo mucho más emocionante por lo que pedir disculpas. 

Porque decir que estas últimas semanas han sido un caos de papeles, apuntes, experimentos fallidos (soy científica, ¿lo sabíais? ¿Os lo he dicho alguna vez? ¿Eh? ¿EH?), bolígrafos gastados y largas noches delante de trabajos inacabados es una porquería. Todos tenemos responsabilidades académicas o laborales y aún así vosotros seguís tras el ordenador sin falta, algunos con un ritmo de publicaciones casi diario (me quito el sombrero). 

No voy a pedir que me perdonéis por haber dejado de escribir por haber estado liada con las clases. Eso es una chorrada. He estado liada otras veces y eso no me ha impedido escribir. No, lo que ha pasado durante el último mes es que, simplemente, no me apetecía. Esta dinámica de "te comento y tú me comentas" me ha aburrido, como sé que os pasa a muchos de vosotros. Así que dejé de comentar, dejé de escribir y dejé incluso de leer. Me daba una pereza tremenda coger un libro y luego reseñarlo, porque, ¿para qué? ¿Para recibir un par de comentarios de personas que no se han leído ni una de mis palabras y que solo quieren engrosar su lista de seguidores? 

Qué pereza, queridos, qué pereza. Pero por suerte no todos sois así. Muchos de vosotros escribís en vuestros blogs porque os gusta, no porque esté de moda, porque de verdad queréis hablar de libros y compartir vuestras impresiones (y en ocasiones, vuestro fangirl, que también está bastante bien). Y eso sí que lo echaba de menos. 

Me gustaría prometer que voy a volver a un ritmo de publicaciones aceptable, pero la verdad es que no lo voy a hacer. Sí os puedo asegurar, no obstante, que a partir de ahora mi política de comentarios va a cambiar bastante: se acabó eso de seguir a alguien que no me interesa solo por recibir un comentario cutre a cambio. Y si me quedo aquí sola escribiendo para nadie, pues me da absolutamente igual. 

Espero seguir compartiendo opiniones con muchos de vosotros. Nos leemos pronto (o eso espero). 

domingo, 18 de octubre de 2015

El Pozo de la Ascensión - Brandon Sanderson







Título: El Pozo de la Ascensión
Autor: Brandon Sanderson 
Editorial: Ediciones B
Saga: Nacidos de la bruma
         1. El Imperio Final (reseña aquí)
         2. El Pozo de la Ascensión 
         3. El Héroe de las Eras





Esta fue mi mejor lectura del mes de agosto (sí, subo la reseña a estas alturas, no tengo perdón). En marzo tuve la oportunidad de comenzar la estupenda saga de Brandon Sanderson, aka el hombre que hacía libros como otros rosquillas, Nacidos de la bruma y me encontré con personajes interesantes pero, sobre todo, con una forma de magia original y bien construida. Así que estaba claro que la segunda parte iba a acabar cayendo en un momento u otro.
CUIDADO, CONTIENE SPOILERS DE EL IMPERIO FINAL (los párrafos en cuestión están señalados). 

Sinopsis oficial
Durante los últimos mil años, han caído las cenizas y nada florece. Durante mil años, los skaa han sido esclavizados y han vivido sumidos en un miedo inevitable. Durante mil años, el Lord Legislador ha reinado con un poder absoluto gracias al terror y a su divina invencibilidad por la poderosa magia de la «alomancia». 

Pero vencer y matar al Lord Legislador fue la parte sencilla. El verdadero desafío lo constituirá sobrevivir a las consecuencias de su caída. Tomar el poder tal vez resultó fácil, pero ¿qué ocurre después?, ¿cómo se usa el poder? Una amena reflexión sobre estrategia política y religiosa en el marco de una aventura épica con luchas estilo kung fu gracias a los siempre misteriosos poderes de la alomancia... 


Se considera a Brandon Sanderson como uno de los grandes de la literatura fantástica de nuestro tiempo. Uno de los pioneros en la renovación de un género largo tiempo estancado. Si bien El Imperio Final es una novela muy buena, no me encontré con esta renovación de la que todo el mundo habla. Nos presenta la historia habitual: un joven (en este caso, una joven) de los bajos fondos que resulta tener un poder increíble y que se encuentra por casualidad con el mejor de los mentores, algo que a él le viene estupendamente para derrotar al malo malísimo. Sí, la alomancia que nos presenta Sanderson en esta historia es ciertamente impresionante, pero aun con todo, de renovación del género no anda sobrada la trama. Porque de eso se encarga El pozo de la ascensión
PÁRRAFO CON SPOILERS
Al final de El Imperio Final (valga la redundancia), la tiranía del Lord Legislador ha sido por fin derrocada. El joven y noble erudito Elend Venture se ha hecho con el poder. Kelsier ha caído, pero se ha convertido en un mito, y su pupila, la poderosa Vin, también ha pasado a formar parte de esta leyenda. El resto de la banda de caballeros ladrones del Superviviente sigue en plena forma, felices y contentos por haber acabado al fin con la opresión de los skaa. Un momento… ¿he dicho felices y contentos? Borrad eso.
FIN DE LOS SPOILERS
Aquí es donde el gran Sanderson comienza a hacer gala de su astucia y demuestra su enorme potencial como escritor de fantasía. En una historia clásica, pongamos como ejemplo El señor de los anillos, los buenos pasan mil penurias para derrotar a los malos, pero cuando al fin lo consiguen todo es de color de rosa. ¿Seguro? Brandon no lo tiene tan claro. Así pues, en esta segunda novela nos habla acerca del vacío de poder que deja la ausencia del tirano, de lo complicado que es en realidad cambiar un régimen establecido durante tanto tiempo, pese a tratarse de un sistema político nefasto, de que ser un hombre honrado y bondadoso no es cualidad suficiente para dirigir un reino. Porque, pensad en esto fríamente durante unos instantes, ¿de verdad todo el mundo aceptó sin rechistar la nueva autoridad de Aragorn? Si ni el propio Boromir estuvo realmente convencido hasta que le clavaron una flecha en el pecho… 

Si en la primera parte de la trilogía uno de los puntos clave era la evolución de Vin, en este lo será el cambio en la personalidad de Elend Venture. Os confieso que este personaje no terminó de ganarme en El Imperio Final, puesto que lo consideraba un poco tópico y falto del carisma que exhibían el resto de personajes. No obstante, en El Pozo de la Ascensión el autor le ha dado un mayor protagonismo, más que nada porque sobre sus hombros recae el título de rey. El joven Elend recibirá golpes por todas partes, algunos de ellos esperados pero otros imposibles de prever, que lo cambiarán y lo transformarán en un personaje maduro, completo y regio. La evolución de Elend es algo impresionante de leer, completamente realista pese a tratarse de un libro de fantasía, y hará que protagonice algunas de las mejores escenas del libro (SPOILER: cuando entra en el campamento de los koloss y se enfrenta a uno de ellos. Dios. Brutal). 

La evolución de Elend le sirve de rebote a Brandon Sanderson para profundizar en la psicología de Vin y mostrarnos su lado más humano, una jugada maestra que nos permite empatizar con la muchacha y aporta todavía más realismo a la novela. Así, a la par que su amado Elend va creciendo y cambiando, Vin se verá obligada a hacerlo también, a replantearse su relación y su situación personal. El autor, además, es capaz de introducir una historia de amor creíble dentro de un género en el que estas tramas suelen resultar forzadas o insulsas

Los personajes están todos maravillosamente definidos, no hay duda alguna al respecto, pero sin embargo lo glorioso del libro reside en la propia trama. Ya os he mencionado que el punto de partida de la novela es inteligente y diferente a lo que estamos acostumbrados dentro de este género, pero esto no es más que la punta del iceberg. Cambiando el punto de vista de la narración, Sanderson construye una muy bien hilada historia que integra elementos tan dispares como las intrigas políticas o las profecías religiosas, haciendo que cada pieza del puzzle caiga en su lugar exacto en el momento justo, todo ello bien regado con sus características demostraciones de alomancia. 

He leído por ahí que hay quien considera que esta novela tiene un comienzo excesivamente lento. No estoy de acuerdo, es más, me parece muy necesario. No olvidemos que los protagonistas vienen de una guerra y se merecen un tiempo de descanso, necesitan reflexionar y coger fuerzas antes de meterse de cabeza en una nueva reyerta. Para mi gusto, Sanderson muestra una vez más su talento como escritor con este inicio ligero y dedicado especialmente a la parte amorosa para luego ir introduciendo poco a poco el resto de tramas, haciendo que el ritmo de la historia vaya aumentando de manera exponencial para conducirnos a un final de infarto que nos dejará sin respiración, tanto por lo inesperado como por el hecho de que llevaremos unas doscientas páginas sin tregua. Es en esta parte también cuando Sanderson comenzará a introducirse en una fantasía un poco más oscura de lo habitual, si bien sigue siendo menos cruda que la de otros autores, sin necesidad de describir las matanzas con detalle. Como ya comenté en mi anterior reseña, Sanderson no adorna sus narraciones ni para bien ni para mal, simplemente cuenta; y seamos sinceros, en un libro con un grosor como el que tiene El Pozo de la Ascensión se agradece que el autor vaya al grano.

Brandon Sanderson se ha ganado su lugar en el Olimpo de la literatura fantástica. Nos trae una novela que parte de una premisa original, en la que política y religión, amor e intriga, guerra e investigación conforman un tapiz tejido de manera tan perfecta que no queda un solo hilo mal colocado. Deja la puerta abierta a lo que sin duda alguna será un final de escándalo y que dará el broche de oro a una estupenda trilogía que merece estar en toda estantería. 

martes, 13 de octubre de 2015

La lección de August - R.J. Palacio








Título: La lección de August
Autor: R.J. Palacio
Editorial: Nube de tinta










Esta es una de esas novelas que todo el mundo ha leído, que todo el mundo adora, que todo el mundo conoce de sobra. Y que, por supuesto, yo no había leído hasta ahora, porque soy una chica dura que no lee dramas y si no sale un dragón en la página 25 se aburre. Já. A estas alturas eso no me lo creo ni yo. Vamos con la reseña. 

Sinopsis oficial
Su cara lo hace distinto y él solo quiere ser uno más. Camina siempre mirando al suelo, la cabeza gacha y el flequillo tratando en vano de esconder su rostro, pero, aun así, es objeto de miradas furtivas, susurros ahogados y codazos de asombro. August sale poco, su vida transcurre entre las acogedoras paredes de su casa, entre la compañía de su familia, su perra Daisy y las increíbles historias de La guerra de las galaxias.
Este año todo va a cambiar, porque este año va a ir, por primera vez, a la escuela. Allí aprenderá la lección más importante de su vida, la que no se enseña en las aulas ni en los libros de texto: crecer en la adversidad, aceptarse tal como es, sonreír a los días grises y saber que, al final, siempre encontrará una mano amiga.
La lección de August cuenta la historia del pequeño August, un niño que posee una severa deformidad además de otra serie de problemas médicos que han impedido que haya ido al colegio hasta los 10 años. Pero sus padres han decidido que lo mejor para él es que comience a llevar la vida de cualquier otro chico de su edad, y por supuesto eso comienza con apuntarlo a una escuela. Seguro de que va a ser el centro de todas las miradas, August no quiere ni oír hablar del tema, pero finalmente reunirá la valentía necesaria para dar este gran paso y enfrentarse al resto de niños que lo señalan y lo miran como si fuese un monstruo de feria en lugar de una persona normal. 
Al principio, estaba convencida de que la historia estaba orientada al público más joven de la casa, a niños de la edad de August que deben comprender la importancia de ir más allá del rostro y el cuerpo y aprender a valorar a las personas por su interior. Y aunque sin duda esa es una de las principales enseñanzas del libro, la autora juega sus cartas con mucha inteligencia y logra una novela que resultará educativa para los más pequeños pero que encandilará a todo aquel adulto que se atreva a entrar en sus páginas. Por poneros un ejemplo, mientras leía no podía dejar de recordar la última película de Disney, Del revés (Inside Out), que aprovecho para recomendar a todo el que todavía no la haya visto: una historia colorida y con enseñanza para niños pequeños que hace llorar a moco tendido a los adultos (yo la primera). En resumen, no descartéis La lección de August por pensar que es un libro para niños, porque no lo es. 
El principal protagonista de la novela es por supuesto el joven August, el niño que arrastra la pesada carga de tener un rostro diferente al del resto de la gente. Esto lo convierte en un pequeño tímido e introvertido a quien, lógicamente, no le gusta demasiado pasar tiempo con otros chicos de su edad. Está más que acostumbrado a que todo aquel que lo vea lo mire con repugnancia, miedo, compasión o pena y como os podéis imaginar no le gusta absolutamente nada. Pero la gran fuerza del personaje reside en que él no sueña con ser normal, porque sabe que ya lo es. Es feliz e inteligente, le gusta jugar como a cualquier otro y adora a su perra. Porque aunque sea un milagro médico, es un niño. 
R.J. Palacio ha construido a su protagonista con mimo y cariño, de forma que el resultado final resulta totalmente creíble y es muy fácil tomar aprecio al pequeño August; y digo aprecio, cuidado con esto, no pena. Porque, insisto en esto, la autora ha creado un personaje real, palpable, un niño como cualquier otro de los pies a la cabeza. 
La trama consiste pues en narrarnos las experiencias a las que August tiene que hacer frente en esta nueva etapa de su vida. A través de sus ojos seremos testigos en primera persona de las reacciones de sus compañeros de colegio, los veremos cotillear a sus espaldas y apartarse de él en la fila del comedor, escucharemos comentarios crueles que nos dolerán como si nos hubiesen clavado un puñal en el pecho. La autora nos cuenta una historia de bullying y nos pone en la piel del acosado; esta es sin duda la parte educativa de la historia, la orientada a acabar con esta horrible conducta en los centros educativos, porque el lector siente en carne propia el dolor del personaje.
Pero no tenemos ante nosotros una historia oscura. Junto a August aprenderemos que, por muy nublado que esté el cielo, siempre hay un primer rayo de sol valiente que atraviesa las nubes e ilumina nuestro día. Y después de ese rayo de sol pionero vienen poco a poco todos los demás hasta que el cielo se despeja de nuevo. R.J. Palacio nos cuenta una historia de superación, valentía, amistad, amor, fuerza y aceptación, introduciendo para ello los puntos de vista de otros personajes. 
Este es el gran acierto de La lección de August: ser una novela coral. Si la historia solo hubiese estado narrada por August podría haber corrido el riesgo de quedar incompleta o haber resultado muy pesada para el lector, pero la autora lo evita dando voz a más personajes. Esto es precisamente lo que hace que la novela sea apta para todos los públicos, ya que no solo estaremos en la piel de un niño acosado, sino que tendremos oportunidad de ver cómo es la vida para los seres queridos de August y navegaremos por un amplio mar de sentimientos, desde la hipocresía hasta la bondad. 
El mejor exponente de esta parte "adulta" de la historia son precisamente los capítulos narrados por un personaje diferente a August: su hermana mayor Olivia, una muchacha que acaba de comenzar el instituto y se encuentra en esa difícil etapa que es la adolescencia. No voy a hablar de Olivia todo lo que me gustaría porque no quiero estropearos la posibilidad de conocerla, pero confiad en mí cuando os digo que su parte resulta muy reveladora, desgarradora y, en cierto modo, conocida por todos nosotros. Dadle una oportunidad al libro aunque solamente sea por conocer a Olivia, hará que os sintáis más humanos. 
Aun pecando de poco original, os diré que La lección de August es un libro que debe ser leído por todos, que debe ser adorado por todos y que debe ser conocido por todos. La historia del pequeño August os llegará al corazón y os hará replantearos vuestro comportamiento en muchas situaciones de vuestras vidad. Porque, como bien se nos dice en la novela, "si puedes elegir entre tener razón y ser amable, elige ser amable". 


domingo, 4 de octubre de 2015

Medio mundo - Joe Abercrombie







Título: Medio mundo
Autor: Joe Abercrombie
Editorial: Fantascy
Saga: El mar Quebrado 
         1. Medio rey (reseña aquí)
         2. Medio mundo
         3. Media guerra





Podría volver a hablaros de lo mucho que me gusta Joe Abercrombie, daros la chapa de nuevo con que es uno de mis autores favoritos y bla bla bla, pero esa es una danza que hemos bailado demasiadas veces en La página 941, así que no vamos a hacerlo esta vez. Por una vez y sin que sirva de precedente, voy a ir al grano. 

Sinopsis oficial
Espina Bathu es una de las pocas chicas de Gettlandia que ha recibido el don de la Madre Guerra. Desesperada por vengar la muerte de su padre, vive para la lucha. Pero tras un trágico accidente en el cuadrado de entrenamiento, su propio instructor la tacha de asesina y se convierte en una proscrita. Zafándose del destino, la joven queda atrapada en una conspiración cuando se embarca en la nave del padre Yarvi, un clérigo tremendamente astuto. Junto con el resto de la tripulación, Espina surcará medio mundo en busca de aliados para luchar contra el despiadado Alto Rey, y aprenderá lecciones muy duras a base de engaños y sangre. La acompaña en este viaje el joven Brand, un guerrero que odia matar. Aunque en una sociedad tan bélica como esta se le considera un fracasado, el periplo por el mar Quebrado le ofrecerá una oportunidad inesperada para redimirse a los ojos de todos.
Yarvi, el que fuese protagonista de la primera parte de la trilogía, queda relegado en esta ocasión al puesto de secundario para ceder el protagonismo a dos nuevos personajes: los aspirantes de guerreros Espina y Brand, que no pueden ser más distintos la una del otro. Mientras que Espina es todo fuerza bruta, furia y malas caras, Brand hace lo que puede para vivir en la luz y hacer el bien. No obstante, serán sus distintas personalidades las que hagan que acaben los dos juntos en el barco del padre Yarvi surcando el Mar Quebrado en busca de aliados con los que enfrentarse contra el Alto Rey y su clériga. 
Si cuando reseñé la anterior parte comentaba que era inevitable comparar al lisiado Yarvi con el tullido Glotka, esta vez tampoco podemos evitar comparar. Y es que Espina es una chica que es todo malas caras y ganas de pelea, lo cual nos lleva a pensar sin remedio en Ferro Maljinn, una de las protagonistas de la estupenda La Primera Ley. Pero aunque a simple vista estos dos personajes puedan guardar un cierto parecido, en cuanto avanzamos un poco en la lectura nos damos cuenta de que no es así. Espina es un personaje mucho más humano que Ferro (cosa que por otra parte no debería sorprendernos porque Ferro de humana tiene poca cosa): Abercrombie ha sabido crear una vez más un personaje con muchos matices, capaz de sentir vergüenza, miedo, frustración y amor. Espina es, de nuevo, un personaje real, algo a lo que maese Joe nos tiene más que acostumbrados. Y como protagonista funciona, de eso no hay duda alguna, es fácil sentirse identificado con ella y gracias a sus emociones de chica joven el lector empatiza con ella con rapidez. 
Por otro lado tenemos a Brand, quien a pesar de poseer dotes de guerrero tales como un cuerpo perfecto para el combate, no termina de ver del todo claro eso de la guerra. Y llamadme loca, pero a mí Brand me recuerda bastante al Sabueso (vamos, esa escena en mitad de la batalla en la que se pasa todo el tiempo con ganas de orinar es Sabueso total, no me fastidies). Aunque Brand no llega a causar el mismo impacto que Espina también resulta creíble y es un interesante punto de vista, una forma de ver a la protagonista desde otro ángulo que contribuye a hacerla incluso más humana. 

Os comentaba en la reseña de Medio rey que, si bien la novela tiene mucha calidad, le cuesta arrancar y no es hasta las últimas páginas cuando Abercrombie muestra todo su potencial y nos deja con muy buen sabor de boca. Con Medio mundo ha seguido una estrategia principal: más acción y menos intriga. La historia ya comienza con una pelea y los niveles de adrenalina se mantendrán muy elevados a lo largo de todas las páginas. No obstante, esto no quiere decir que no tengamos nada de misterio; el personaje de Yarvi se encargará de ello con sus tejemanejes en la sombra. Sin embargo, tengo que reconocer que no me ha terminado de convencer este nuevo Yarvi, no he sabido reconocer al personaje y no me habría importado ver su punto de vista en algún momento de la historia. Espero que Joe lo recupere de cara a la tercera entrega, porque disfrutaría sinceramente volviendo a estar en el epicentro de los tejemanejes palaciegos. 

Se ve que Abercrombie ya se había cansado de jugar a su antojo con todos los tópicos del género fantástico destinado a un público más adulto y ahora se está dedicando a derrumbar los equivalentes en la novela juvenil. Veamos, ¿cuáles son los temas peor llevados dentro de las novelas para jóvenes? Por un lado están las protagonistas, sosas hasta lo indecible y con un serio problema mental en la mayoría de los casos, deseando encontrar a un maromo de buen ver que las saque de los embrollos en los que se meten. Creo que ya ha quedado más que claro que Espina no guarda ningún parecido con esta clase de protagonista, pero es que no hay una sola mujer en toda la novela que roce siquiera este tópico. Todos los personajes femeninos de Abercrombie están redactados con el mismo mimo que los masculinos y desde luego su rasgo principal no es su belleza precisamente. La reina Laithlin, por ejemplo, es un personaje brillante. Sí, es hermosa, pero nadie la conoce por eso sino por sus dotes como comerciante. Bravo por esto, Joe. El mundo literario necesita más mujeres como las que encontramos entre tus páginas. 

Y si hay otro tema que está pésimamente llevado en las novelas juveniles es sin duda alguna el romance. Empalagoso, artificial, imposible de creer, viciado, agobiante, son unos de los pocos adjetivos que se me ocurren para describir las relaciones que nos solemos encontrar en las historias para un público más joven. Abercrombie no se ha podido resistir a desmontar también este tópico y nos trae una historia de amor que no comienza espontáneamente cuando los protagonistas cruzan sus miradas por primera vez, basada en la confianza mutua y que crece poco a poco. El romance NO quita protagonismo a la historia principal, no se convierte en una pesadilla edulcorada con algún puñetazo ocasional para crear una falsa sensación de acción. Leer un romance tan bien llevado y para colmo dentro de una novela de aventuras ha sido todo un orgasmo literario. 

Ojalá Joe Abercrombie nos siga deleitando durante muchos años con sus historias. Todo lo que escribe este hombre es una maravilla, da igual el público al que quiera destinarlo. La trilogía del Mar Quebrado mejora con cada nueva entrega, augurando un final apoteósico que nos dejará a todos con la boca abierta y en el que espero de corazón volver a encontrarme con la estupenda Espina Bathu. Un cambio de planteamiento con respecto a Medio rey que funciona a las mil maravillas, con más peleas sin dejar a un lado las intrigas palaciegas. De diez. 




domingo, 27 de septiembre de 2015

La desagradable sensación al dejar un libro a medias


Os lo voy a confesar: hace un par de semanas dejé un libro cuando solamente había leído la mitad. Y voy a ir todavía más lejos: no era la primera vez que lo hacía y muy probablemente no será la última. 
Sí, ya sé que no es precisamente como si hubiese confesado haber asesinado a Kennedy, que es algo que todos hemos hecho en algún momento de nuestras vidas y que no se para el mundo por ello. Pero a mí me hace sentir fatal. 

Muchos lectores hemos intentado escribir algo a lo largo de nuestras vidas, yo sin ir más lejos tengo el portátil a rebosar con mis muchos intentos de novelas que por A o por B siempre se quedan sin terminar porque me atasco o me aburro y las dejo. Lo que quiero decir con esto es que somos muy conscientes de todo el trabajo que hay detrás de un libro, no solo a la hora de escribirlo sino que también es muy costoso lograr que una editorial lo llegue a publicar (de ahí el auge de las novelas autopublicadas). 
Una novela, por pequeña que sea, es algo que ha costado un gran esfuerzo a una persona, algo en lo que ha puesto toda su ilusión, su tiempo y su corazón. Es el producto de horas sin dormir y de frustraciones por no poder dar al último capítulo el giro que se merece. En definitiva, un libro es mucho más que papel y letras, es una parte de la vida de su autor, una parte muy importante. 

Llamadme petarda si queréis, pero me revienta dejar un libro a medias al pensar en todo lo que ha invertido el autor en crearlo. Me crea la misma sensación que ir al parque, acercarme a una madre al azar y decirle "oye mira, que tu hijo es feo". ¿Quién soy yo para despreciar el trabajo de otros? Nadie, y menos teniendo en cuenta que jamás he llegado más lejos de 40 páginas escritas. 
Por eso aunque la historia no me esté gustando siempre trato de apretar los dientes y terminarla. Porque, quién sabe, a lo mejor de golpe y porrazo la cosa cambia y la trama se vuelve insuperable y acabo teniendo en mis manos la mejor novela jamás escrita. Porque se lo debo a ese autor desconocido. Porque sí, y punto. 

Pero claro... es muy bonito decirlo, pero no tan sencillo cumplirlo. Y siempre acabo por rendirme y dejar el libro a medias, aunque me sienta mal, aunque pueda estarme perdiendo la mejor historia del mundoLo mejor del asunto es que a veces soy capaz de autoengañarme y decir "no, lo voy a dejar ahora pero la semana que viene lo retomo y lo acabo". Ya, claro, buen intento bonita. Ese libro no lo vuelves a coger en la vida. Porque, como dijo el filósofo Schopenhauer, "la vida es demasiado corta para leer malos libros". 
Qué poco me gusta esa frase, siendo sinceros. No creo que existan los libros malos, simplemente hay libros que no son para nosotros, que están hechos para otra clase de lector, otra clase de persona. Por eso creo que a partir de ahora voy a recomendar también esos "libros malos", aquellos que no he sido capaz de terminar, pero desde luego no para evitar que otros los lean, sino para todo lo contrario. Una manera de dar una segunda oportunidad a una historia que a mí no me ha podido convencer pero que seguro que encontrará a alguien que se la merezca mucho más que yo. 

De todos modos, a veces casi es mejor dejar la lectura a medias en lugar de encabezonarse en terminarlo a toda costa. Porque, ¿qué puede pasar en esta situación? Que al final el libro no tenga el giro maravilloso que lo arregle todo y que hayamos perdido nuestro tiempo con una novela que al final, no nos ha gustado nada de nada y nos ha dejado muy mal sabor de boca. Entonces sí que la ponemos verde a la menor ocasión, intentando evitar por todos los medios que otros cometan el mismo error que nosotros y la lean. Y eso sí que no se lo merece ningún autor. 

Así que creo que en adelante seguiré dejando lecturas a medias aun a riesgo de estarme perdiendo una novela de categoría antes que llevarme un chasco del quince y cogerle miedo a todas las obras futuras de ese autor. ¿Vosotros cómo lo véis, lectores? ¡Nos leemos!


miércoles, 23 de septiembre de 2015

Criadas y señoras - Kathryn Stockett








Título: Criadas y señoras
Autor: Kathryn Stockett
Editorial: Maeva









Empecé a leer Criadas y señoras sin tener ningún tipo de expectativa acerca de la lectura que me iba a encontrar. Os lo juro. Sabía que en su día subió a lo más alto de las listas de ventas, que fue adaptado al cine con bastante éxito y que a todo el mundo parecía encantarle. Pero yo me decidí a leerlo por el simple motivo de que me gustó su portada. Ese plato de apetecibles galletas llamó poderosamente mi atención cuando estaba atravesando una sequía de buenas novelas y, más por aburrimiento que por verdaderas ganas de leerla, me decidí a sumergirme entre sus páginas. Y mi amor por las galletas de chocolate me ha permitido descubrir por qué todo el mundo adora esta historia. 

Sinopsis oficial
Skeeter, de veintidós años, ha regresado a su casa en Jackson, en el sur de Estados Unidos, tras terminar sus estudios en la Universidad de Mississippi. Pero como estamos en 1962, su madre no descansará hasta que no vea a su hija con una alianza en la mano. Aibileen es una criada negra. Una mujer sabia e imponente que ha criado a diecisiete niños blancos. Tras perder a su propio hijo, que murió mientras sus capataces blancos miraban hacia otro lado, siente que algo ha cambiado en su interior. Se vuelca en la educación de la pequeña niña que tiene a su cargo, aunque es consciente de que terminarán separándose con el tiempo. Minny, la mejor amiga de Aibileen, es bajita, gordita y probablemente la mujer con la lengua más larga de todo Mississippi. Cocina como nadie, pero no puede controlar sus palabras, así que pierde otro empleo. Por fin parece encontrar su sitio trabajando para una recién llegada a la ciudad que todavía no conoce su fama. A pesar de lo distintas que son entre sí, estas tres mujeres acabarán juntándose para llevar a cabo un proyecto clandestino que supondrá un riesgo para todas. ¿Y por qué? Porque se ahogan dentro de los límites que les impone su ciudad y su tiempo. Y, a veces, las barreras están para saltárselas.

Criadas y señoras nos traslada a la ciudad de Jackson a mediados de los años 60, época en la que la segregación racial en Estados Unidos seguía siendo una triste realidad a pesar de los esfuerzos de activistas por todo el país. Esta situación era especialmente agresiva en el Sur, donde residen las tres protagonistas de la historia que nos ocupa. La joven e idealista Miss Skeeter Phelan, recién graduada en Periodismo, busca convertirse en escritora en un futuro no muy lejano y comienza a cuestionarse la sociedad en la que vive; la anciana criada negra Aibileen, que se considera más niñera que sirvienta y que adora a la pequeña niña de su actual jefa; y por último, Minny, amiga de Aibileen y también criada, pero sus caracteres no podrían ser más distintos, ya que donde Aibileen es calma y sabiduría, Minny es energía y mal humor. Las vidas de estas tres mujeres se entrecruzarán al involucrarse en un peligroso proyecto que, en caso de salir a la luz, pondría en peligro sus reputaciones, sus trabajos e incluso sus vidas. 

Lo primero que llama la atención en la novela de Kathryn Stockett es lo maravillosamente construidos que están sus personajes. No hay uno solo plano o fuera de lugar, cada uno tiene una personalidad propia y bien definida que aporta un elemento clave para que la trama avance. Con esto me refiero tanto a las tres protagonistas como a todos los secundarios que nos encontramos a lo largo de las páginas del libro: los secundarios aportan una riqueza tremenda al dotar a la novela de tramas secundarias que cumplen con creces su función de mantener al lector interesado en todo momento y aligerar un poco la tensión que rodea a la trama principal, dotando a la historia de un ritmo agradable de seguir. 

Los puntos de vista de las tres protagonistas se irán alternando a lo largo de la novela, de manera que las historias de su día a día se entrecruzarán con la trama principal, el proyecto que las une, creando un rico tapiz que combina las alegrías y los dramas cotidianos con la tensión, el miedo y las dudas que surgen de participar en una actividad arriesgada y casi ilegal. En resumidas cuentas, el lector tiene entre manos una curiosa lectura que combina momentos humorísticos con escenas que nos tocarán la fibra sensible, una mezcla con sabor a realidad. Esta sensación de veracidad se ve incrementada gracias al inteligente recurso de introducir datos reales en la ficción, como por ejemplo las primeras campañas antitabaco o la muerte del presidente Kennedy.

La mayor parte de la novela está narrada en primera persona, de forma que se crea un vínculo especial entre las protagonistas y el lector puesto que le será más sencillo tomarles cariño y comprender el porqué de sus actos. Además, al ser mujeres tan distintas sus diferentes maneras de entender la vida aportan una gran riqueza a la narración a la par que un cierto dinamismo. 

Si tuviese que decantarme por una de las protagonistas, creo que escogería a Miss Skeeter. Curiosamente, este era el personaje que menos me convencía al principio, me parecía un mero recurso para que la historia no solo estuviese contada por criadas y evitar el sesgo de una forma un poco burda. Al inicio de la novela conocemos a una señorita de buena familia con sueños impropios de una dama de su posición, tales como vivir sola o tener una profesión (escritora para más señas). Me parecía un personaje un poco superficial y que su participación en el proyecto estaba motivada por pura apatía. Pero me ha gustado su evolución a lo largo de la novela. Se aprecia un cambio interesante en la Skeeter del final gracias a todos los reveses a los que debe hacer frente a lo largo de la historia, un cambio que tiene lugar poco a poco y con coherencia, dando lugar a una mujer consciente de sí misma y de la sociedad en la que vive, esta vez de verdad. Esta evolución del personaje es una muestra del talento literario de la autora y he quedado absolutamente encantada con ella. 

Así pues, nos encontramos ante una novela escrita por una mujer y protagonizada por tres mujeres. Aunque su objetivo principal es hacernos abrir los ojos y darnos cuenta de que el color no importa (me gustaría decir que a estas alturas de siglo esto ya no es necesario, pero sabéis tan bien como yo que el pensamiento racista sigue estando muy extendido en la sociedad actual), me ha parecido que la autora nos quería transmitir algo más. Es posible que esto sea solo sensación mía, pero he creído entender que Kathryn Stockett incluye en su novela una cierta crítica hacia el comportamiento de algunas mujeres sirviéndose para ello de la desagradable figura de Miss Hilly, personaje al que apetece darle un guantazo con toda la mano abierta cada vez que aparece. Como digo esto puede ser solo cosa mía, pero os recomiendo que releáis el párrafo referente a la forma de vengarse que tienen las mujeres; no me digáis que eso no es un escupitajo en el ojo al estilo escritor. 

Criadas y señoras se ha ganado a pulso el convertirse en uno de los libros más vendidos en su día. Es una obra que, si bien merece ser leída con calma, atrapa irremediablemente al lector y es devorada en poco tiempo. Tres mujeres muy distintas que unen fuerzas para enfrentarse con sus medios a una sociedad que necesita con urgencia que le abran los ojos. Un cóctel con sabor a realidad en el que encontramos trazas de humor, tristeza, intriga y tensión. Muy recomendable. 

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Edenbrooke - Julianne Donaldson







Título: Edenbrooke
Autor: Julianne Donaldson 
Editorial: Libros de seda









No me hace especial ilusión tener que pasarme al turno de noche en Blogguer, yo soy más de publicar por las mañanas, pero mis días están siendo un poco caóticos últimamente así que no me queda más remedio subir las entradas a estas horas si es que quiero subirlas. A lo que vamos. 
Os he mencionado en alguna ocasión que siento predilección por las novelas que transcurren en el siglo XIX. Las refinadas costumbres, las intrigas y secretos susurrados entre doncellas, las bellas descripciones de vestidos y estancias… Me encantan. Y si además estamos hablando de una historia que ha cautivado a todo aquel que la ha abierto, pues mejor que mejor. Harta de ver por doquier reseñas y reseñas que afirmaban que Edenbrooke era lo mejor que habían leído en mucho tiempo, me decidí a hacerme por fin con él. 

Sinopsis oficial
Marianne Daventry haría cualquier cosa para escapar del aburrimiento de Bath y las atenciones amorosas de un cretino que no le interesa en absoluto. Así que cuando le llega una invitación de su hermana gemela, Cecily, para que se una a ella en una maravillosa casa de campo, aprovecha la oportunidad. Por fin podrá relajarse y disfrutar del campo, que tanto le gusta, mientras su hermana se las arregla para librarse de las atenciones del guapo heredero de Edenbrooke. Sin embargo, Marianne acabará por descubrir que incluso los mejores planes pueden salir mal: primero será un aterrador encuentro con un salteador de caminos, después un coqueteo aparentemente inofensivo... el caso es que, al final, Marianne se verá envuelta en una inesperada aventura llena de intriga y de amor, tan apasionante que no podrá dar descanso a su mente. ¿Será capaz de controlar su corazón traidor o caerá rendida ante un misterioso desconocido? Está claro, el destino quiere para Marianne algo distinto a lo que ella había planeado al ir a Edenbrooke.

En mi modesta opinión, para que una novela basada en esta época triunfe, debe contar con una protagonista femenina de armas tomar (abstenerse señoritas pusilánimes y remilgadas, por favor), un protagonista masculino que podríamos calificar como caballero pícaro, una prosa cuidada, casi poética, a la altura de la belleza que debe describir, y por supuesto una buena intriga que aporte tensión y no convierta la historia en un pastel de azúcar indigestible. Me ha complacido encontrar varios de estos elementos, si bien no todos ellos, en Edenbrooke, lo que ha hecho que se convierta en una lectura amena y digna de recomendar. 

Comencemos con la protagonista, la señorita Marianne Daventry. Marianne se encuentra al principio de la novela conviviendo con su anciana abuela lejos de su adorado hogar en el campo, separada de su melliza Cecily, quien se encuentra gozando de los placeres de Londres en compañía de otros miembros de la alta sociedad, y de su padre, recluido por voluntad propia en Francia para superar el duelo por la muerte de su esposa. La situación para la joven Marianne se está volviendo peor por momentos. No soporta la ciudad, sueña con regresar al campo y perderse por los vergeles a dejar pasar las horas, añora a Cecily y desea fervientemente librarse de las atenciones amorosas de uno de sus vecinos. Por eso cuando es invitada por la madre de una de las nuevas amigas de Cecily a pasar una temporada en su mansión aceptará encantada. 

Marianne es una joven entrañable. Ha vivido toda su vida a la sombra de su despampanante hermana, así que se ha acostumbrado a apartarse de su camino y a hacer lo opuesto de lo que ella hace. ¿A Cecily le encanta la ciudad? Marianne se siente más a gusto en el campo. ¿Que Cecily quiere encontrar un marido rico y con un título? A Marianne ni se le pasa por la cabeza. Uno de los puntos más fuertes de la novela es la perfecta manera en la que la autora esboza la relación entre las mellizas, basada en el amor incondicional pero teñida en ocasiones por una sombra de envidia y amargura. Demuestra con ello una notable sensibilidad y un dominio de la retórica sobresaliente. 
El contrapunto de Marianne es Philip, quien encaja a la perfección en el concepto de “caballero pícaro”, coqueto desde el primer momento pero también preocupado por defender el honor de su dama. Sí, lo cierto es que es un dechado de tópicos, pero cae simpático y sus comentarios en tono humorístico evitan que la novela caiga en un romanticismo empalagoso en todas sus páginas. 

La prosa de Julianne Donaldson sabe estar a la altura del tipo de novela que está narrando. Escoge con gusto las palabras y consigue imprimir a su relato la velocidad suficiente como para impedir que se estanque pero sin resultar en ningún momento apresurado. Posee además mucha mano para mostrarnos los pensamientos de su protagonista, sus zozobras internas, sin hacer que al lector le resulten pesadas o aburridas sino todo lo contrario: estas breves pausas dentro de la trama sirven para conectar mejor con Marianne, para empatizar con ella y tomarle cariño. 

Tenemos pues unos protagonistas adecuados y una prosa fluida y bonita, ¿qué pasa con las intrigas? Aquí es donde yo le encuentro el fallo. En la sinopsis se nos promete dicho misterio, quizá se insinúa incluso un leve toque de peligro, pero lo cierto es que en la práctica esto queda reducido a un momento al comienzo de la novela y otro instante justo al final. La intriga no está bien llevada, especialmente el final, que es resuelto de una forma demasiado sencilla. Da la sensación de que la autora no ha sabido muy bien qué hacer con su misterio, como si le hubiese quedado grande o hubiese tenido prisa por entregarle la novela al editor. Una pequeña decepción que impide que esta historia sea todo lo buena que podría haber sido. 

La primera novela de Julianne Donaldson es una entrañable historia protagonizada por una muchacha poco interesada en convertirse en una jovencita elegante que encuentra la horma de su zapato en un caballero al que conoce por casualidad en circunstancias extravagantes. Lo mejor: la sensibilidad de la autora a la hora de plasmar los sentimientos de sus personajes. 

domingo, 6 de septiembre de 2015

"¿Lees fantasía? ¿A tu edad?"


Hoy os traigo un Desvarío de una lectora un poco atípico, porque en lugar de dedicarme a vomitar bilis sobre algo que me cabrea o hacer una de mis listas en tono jocoso el tema que voy a tratar hoy me pone un poco triste. Llevo unas cuantas semanas peleándome con esta entrada porque no consigo encontrar las palabras adecuadas para lo que quiero expresar, así que si durante la lectura os sentís confusos, desconcertados o aburridos, es culpa mía por completo. Voy a hacerlo lo mejor que pueda. 

Mis quebraderos de cabeza comenzaron hará unos dos meses, cuando me presentaron al amigo del amigo de la amiga de... bueno, que me presentaron a alguien y ya está. El caso es que estábamos manteniendo una agradable conversación grupal hasta que me preguntaron por mis aficiones y, como no podía ser de otra manera, dije que una de las cosas que más me gustaba hacer en mi tiempo libre era leer. El chico del que os hablo, a quien en adelante llamaremos Vernon Dursley por motivos que comprenderéis más tarde, se mostró muy complacido ante esta respuesta, y de inmediato me preguntó quién era mi autor favorito, a lo que yo contesté sin dudar "Patrick Rothfuss". Bien, aquí fue cuando el asunto comenzó a torcerse. Vernon Dursley puso gesto de extrañeza y me preguntó qué había escrito. Le conté por encima el argumento de El nombre del viento y, entonces, con la misma cara que si hubiese mordido un limón, me hizo la preguntita de marras: 

¿Lees fantasía? ¿A tu edad? 

Una de mis amigas andaba por allí cerca y conoce mi temperamento, así que se apresuró a intervenir y cambiar de tema para evitar el desastre. Pero no habría hecho ninguna falta. Me limité a responder "sí" con un tono de voz calmado y a seguir con la conversación como si tal cosa. Aunque lo cierto es que me dejó muy pensativa. 

Vamos a aclarar un par de cosas. En primer lugar, quizá convendría hablar de mi edad. Tengo 22 años. No creo que sea precisamente una anciana, vaya. Es posible que en otros países haya gente con mi edad que ya tiene una familia numerosa, pero en nuestra cultura esto no se lleva. Con esto quiero decir que eso de "a tu edad" me sobraba completamente. No es como si usase pañales todavía, me parece a mí. 

Y ahora vamos con la joya de la corona, ese "¿lees fantasía?" poniendo el mismo gesto que si estuviese oliendo basura caliente. La verdad, estimado Vernon, no tengo claro que tu estrategia para hacer nuevos amigos sea la más efectiva. Quizá en ocasiones futuras deberías optar por no criticar sus gustos, pero qué sabré yo, solamente soy una lectora de fantasía. 
¿Cómo esperabas que continuase esa conversación, Vernon? ¿Conmigo enumerando todas las razones por las cuales leo fantasía? Podría haberlo hecho, desde luego. Tengo un buen puñado de motivos por los que hacerlo, pero debería bastarte con uno solo: lo hago porque me gusta. Fin. No necesitas saber nada más y yo no tengo por qué dar ningún tipo de explicación. 

No os dejéis engañar por mi párrafo anterior, sigo sin estar enfadada. Como ya os he dicho, lo que estoy en verdad es triste. Muy triste. Porque soy incapaz de entender el desprecio hacia el género fantástico, como si fuese literatura para raritos, un vicio sucio que se debe esconder a toda costa. Puede que a ti, mi querido Vernon Dursley, la magia te parezca algo imposible (sí, de ahí el apodo), pero eso no nos impide soñar a los demás.

¿Y sabéis que es lo mejor de todo? Que el género fantástico está mal entendido, porque cualquier libro que no sea un libro de texto o una biografía es un libro fantástico. Los sucesos que narra una novela negra en realidad nunca sucedieron, son fantasía. Los hermosos romances de la época victoriana, también son fantasía. ¿Los personajes de Bajo la misma estrella? También son fantasía. 
Sí, vale, os podéis poner todo lo puristas que queráis y decirme que en realidad la fantasía va de magia y dragones, pero plantearos mi premisa durante unos segundos y decidme que no tengo razón. 

La literatura es fantasía, porque sin imaginación, sin chispa, sin ficción, la literatura solamente sería un conjunto de datos sin alma ni color, un libro de texto como os decía antes. Todos, a nuestra manera, necesitamos de la fantasía para evadirnos y soñar, ya sea resolviendo crímenes o contándole las sombras a Grey. 

Y esto, Vernon, es lo que en realidad se escondía detrás de mi lacónico "sí". Lo siento mucho por ti, no porque no te gusten las novelas de espadas (la verdad es que el género literario que prefieras es cosa tuya, yo no soy como tú y me da bastante igual lo que leas o dejes de leer), sino por tu visión equivocada del mundo. 

En fin, lectores, espero no haberos matado de aburrimiento. Muchas gracias a todos los que lo hayáis leído.